Era domingo por la tarde. Los chicos estaban todos en su apartamento de Londres. Lisa, como casi siempre, estaba con ellos. Había ido para que Zayn, que era bastante bueno en inglés, le ayudara con su trabajo. Lisa era una buena estudiante pero a veces se le complicaba entender el inglés.
-¡Gracias Zayn! Te debo una.
-¡Me debes muchas!- dijo divertido Zayn- ¿Y cuando me vas a dar esas clases de español?
-El español es demasiado para ti- lo picó Louis- ya es bastante que sepas hablar inglés
Zayn le dio una colleja y siguieron divirtiéndose todos juntos. De repente a Harry le sonó el móvil, era un mensaje.
-¿Otra de tus admiradoras, Harry?- bromeó Zayn
-Lo que pasa es que me tienes envidia ¿Verdad?
Lisa se quedó callada y pensando. Odiaba como su amigo trataba a las chicas, jugaba con ellas sin importarle sus sentimientos. Harry contestó al mensaje sonriendo, guardó el móvil y se sentó a su lado en el sofá.
-¿Te pasa algo?- le preguntó en un susurro interrumpiendo sus pensamientos
-¿Eh? ¡Ah! No nada…Me tengo que ir que ya se me hizo algo tarde.
- ¡Te acompaño pequeñaja!-dijo Louis.
Louis cogió su abrigo y fue hacia la puerta para acompañar a su amiga de toda la vida.
-Hasta mañana chicos- se despidió Lisa.
Por el camino fue bastante callada y metida en sus pensamientos y Louis, que la conocía mejor que nadie, se dio cuenta.
-Lisa…Te conozco ¿Qué te pasa?- le preguntó mirándola fijamente.
-Nada Louis…-le dijo con un tono muy poco convincente, por lo que su amigo la siguió mirando.
Lisa odiaba que la mirara así, porque al final sabía que iba a conseguir que le contara lo que le pasaba, así que giró la cabeza y le dijo:
-Es por los exámenes… Este curso es mucho más difícil y tengo miedo de suspender…
-¡Ah! Es por eso… Pensaba que era algo más grave- le contestó sonriendo.
-¡Es grave Louis! Si pierdo la beca me vuelvo a España.
-Pero eso no va a pasar. ¿Sabes porque?
-¿Por qué?
-¡Porque tienes para ayudarte la persona más lista del mundo!
-Jaja gracias. No es que no me fíe de tu inteligencia pero...Prefiero a Zayn.
Por eso Louis era su mejor amigo. Siempre la sabía hacer reír. Era único.
-¡Me ofendes!- dijo Louis “enfadado”.
Siguieron bromeando hasta que llegaron a casa de Lisa y se despidieron.
Se le había hecho corto el camino hablando con su amigo. No es que hubiera mucha distancia entre la casa de los chicos y la de ella tratándose de una ciudad tan grande como Londres, pero para Lisa, que estaba acostumbrada a vivir en un pueblo, era mucho.
Abrió la puerta y entró en el recibidor. Era un piso pequeño pero muy agradable. Fue hacia el perchero y colgó su abrigo. Tenía la cara fría y roja. Ya se notaba que el invierno estaba cerca. En ese momento se oyó un ruido en la cocina, era Sara.
-¡Por fin! Se te estaba enfriando la cena. Estas no son horas para volver a casa-le riñó Sara divertida.
-Perdón mamá jaja.
A Sara no le extrañó que llegara tarde, se pasaba tardes enteras con sus amigos. Le había hablado tantas veces de ellos que sentía que ya los conocía. Lisa le hablaba de todas las aventuras que viviera con ellos y del apoyo que le daban cuando extrañaba su casa.
Eran como su segunda familia.
Sara a veces la envidiaba en eso. Las dos eran muy buenas amigas, y los chicos del colegio eran geniales y pasaban tardes increíbles con ellos, pero no era suficiente. Al estar lejos de casa siempre necesitas un apoyo mucho más grande que eso.
Y aunque Lisa dijera que no le gustaba ninguno de ellos, Sara sabía que no era verdad del todo. Eso era lo que ella echaba más en falta, un novio.
Cuando se marchó de España para venir a estudiar aquí tenía un novio, Pablo. Se querían mucho y llevaban casi un año. Desde entonces nunca volvió a sentir nada parecido por algún chico, pero ella no perdía la esperanza de encontrar algún día ese alguien especial.
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